Los suelos y las paredes en tonos neutros se potencian con elementos decorativos de colores más oscuros. Las puertas correderas son el broche de oro.
Artículo escrito por Juan Carlos Fernández, arquitecto y socio en Ventura Estudio
No hay nada como un espacio luminoso. La luz natural es un elemento primordial en el diseño, ya que condiciona los colores y materiales de todas las estancias de la casa. Hay espacios que admiten colores más oscuros y espacios en los que es mejor utilizar materiales y neutros y luminosos. Cada proyecto es diferente y único.
En el caso de este piso, situado en la segunda planta del edificio y dando a una calle estrecha en pleno centro de Madrid, en el barrio de Embajadores, decidimos meter la mayor iluminación natural posible al interior a la hora de plantear la reforma integral.
Optamos por paredes en blanco roto y otras en roble para todo el volumen central. El roble refleja la luz de manera cálida y agradable.
Al utilizar la madera en las paredes, decidimos colocar un suelo continuo y luminoso, que refleja la luz natural que entra por las ventanas al resto del espacio. Contrastamos con elementos, telas y accesorios de tonos más oscuros, que dan elegancia y carácter a cada estancia.
En cuanto a la distribucion del piso, que cuenta con unos 100 m2, queríamos que los espacios pudieran sentirse como uno solo o separarse en caso de ser necesario, por lo que se utilizaron puertas correderas ocultas y puertas pivotantes que al estar abiertas, desaparecen y dejan pasar la mayor cantidad de luz natural.
La vivienda cuenta con una superficie de unos 100 m2, distribuidos en salón-comedor con cocina abierta, una habitación principal con vestidor y baño en suite, otra habitación polivalente que funciona como estudio o dormitorio, y un segundo baño de invitados. Y este es el resultado de aplicar todas esas máximas: